AMSTETTEN, Austria, abr. 28, 2008.- Josef Fritzl, acusado de haber encerrado en un sótano en la ciudad austriaca de Amstetten a su hija Elisabeth durante 24 años, haberla violado sistemáticamente y haber tenido con ella siete hijos, ha confesado este lunes esos delitos ante la policía.
Peter Ficenc, responsable de la Fiscalía del estado federado de Baja Austria en Sankt Pölten, confirmó que el acusado "ha hecho una confesión exhaustiva".
Por su parte, la policía del Estado federado de Baja Austria confirmó hoy que el jubilado Josef Fritzl, de 73 años, ha confesado ser el padre de los siete hijos nacidos en un calabozo subterráneo tras violar a su propia hija y de haber quemado el cadáver de uno de ellos que nació muerto.
Franz Polzer, jefe de la policía de Baja Austria, dio a conocer la confesión del acusado, detenido el sábado pasado tras conocerse que había encerrado a su hija Elisabeth durante 24 años en un sótano bajo la casa familiar en Amstetten, a 130 kilómetros de Viena.
El agente precisó que en uno de los partos bajo tierra, la mujer violada, Elisabeth Fritzl, de 42 años, dio a luz a una pareja de gemelos, de los cuales uno murió, por lo que fue quemado por su padre en la caldera de calefacción de la casa.
El acusado reconoció, asimismo, haber golpeado a su hija repetidas veces y de haberla violado numerosas veces, por lo que nacieron hijos "más o menos cada dos años".
Tres de estos hijos fueron integrados en la familia como supuestos nietos, mientras que los otros tres vivieron hasta hace pocos días en cautiverio.
La versión sostenida por Fritzl ante su esposa y el resto de la familia, fue que Elisabeth desapareció con 18 años para adherirse a una secta en un lugar desconocido, donde habría tenido varios hijos, algunos de los cuales dejó delante de la puerta de la casa de sus padres.
Según las fuentes, el pensionista detenido era un hombre "vital y activo", y que resulta un misterio cómo pudo soportar durante tanto tiempo la carga de mantener una doble vida sin que nadie a su alrededor lo notara, ni siquiera su mujer, Rosemarie, madre de Elisabeth.
¿Cómo se dio a conocer el caso?
Este mes, Kerstin fue llevada al hospital de Amstetten por una enfermedad grave. La policía pidió información de su madre, la “desaparecida” Elisabeth.
En respuesta, Josef permitió a Elisabeth, Stefan y Felix salir del sótano. Elisabeth aceptó hacer una declaración sobre su suplicio a la policía después de obtener garantías de que no iba a volver a tener contacto con su padre.
El lunes, Josef confesó haber encerrado a Elisabeth durante 24 años y ser el padre de sus siete hijos.
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